LA MUTACIÓN CÍCLICA DEL
PAISAJE: EL CROMATISMO CAMBIANTE COMO SUPERACIÓN DE LO
UNIFORME.
El tiempo
no es un campo que se mida por codos;
no es un
mar que se mida por millas;
es el
latido de un corazón.
Nikos Kazantzakis
El arrozal respira. Manchas, ritmos y
texturas pretenden captar el marcado ritmo cíclico del
cultivo que mide el paso de las
estaciones. Desde que se produce la siembra al final del invierno y la tierra
espera durante algunas semanas el brote tierno de la plántula de arroz, hasta
que, a principios del otoño, se procede a las labores de recolección y
eliminación de los restos de paja, el arrozal nos muestra un paisaje que muta
lenta pero constantemente.
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La medida del tiempo I, II, III, y IV, Temple
vinílico sobre tabla, 4 módulos de 40 x 40 cm.
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